sábado, 1 de junio de 2013

Acusación

Mis propias palabras se vuelven contra mí y me apuñalan como un cuchillo de hielo certero en el corazón. Me derrumbo. Me derrumbo. Me derrumbo. Solo el silencio me salva de los sentimientos que me persiguen, en forma de sombras, por un pasillo angosto y oscuro entre el que intento hacerme camino corriendo. Las lágrimas no se deslizan por mis mejillas. El llanto no inhunda mi corazón. Quizá todo dependa de la razón. ¿Debería hablar o callarme? ¿Seré escuchada o se ceñirán sobre mí de nuevo las palabras más crueles que puedo conocer? ¿Quién sabe de mis sentimientos más que yo misma y sobre por qué actúo de cierta forma, y más si esta forma no es ilícita? Respiro lentamente, en silencio... Lo único bueno de este mundo es el oxígeno, que nos da vida y muerte, lentamente, a la vez.

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