domingo, 2 de septiembre de 2012

Monstruo

Soy un monstruo de ojos tristes y sonrisa fingida. Soy lo que nadie quiere tener a su lado, lo que todos desean que desapareca. Soy el reflejo de la sombra de un ente asqueroso y nauseabundo. Soy el mal que abraza la vida de quienes me rodean. Soy un trozo de nada que adquirió conciencia y consciencia. Soy un despojo de vida, un pedazo de carne podrida que busca su lugar en la muerte. Soy ese pensamiento desagradable que inunda la mente y da escalofríos. ¿Qué tengo que me hace diferente a los demás? ¿Qué me falta que no me hace igual a los demás? Tengo miedo de mí misma. Me doy asco. Me odio.

¿Dónde?

¿Dónde estás? Te veo pero no puedo tocarte. Alargo la mano. Hace frío. Es imposible alcanzarte. ¿Dónde estás? Ya no puedo verte y mucho menos tocarte. Me encojo sobre mí misma. Tengo miedo. ¿Cuándo acabará todo esto? ¿Dónde estás? Me he perdido. No sé dónde estoy. No sé quién soy. Ayúdame. Sácame de aquí. Llévame contigo. Abrázame. Hazme sentir segura, querida, necesaria, importante... Ocupa ese hueco que siempre dejaste en mi pecho. ¿Dónde estás? Por mucho que te busco no te encuentro. Un trozo de mí está perdido en los fantásticos recuerdos que nunca sucedieron. ¿Dónde estás? Te has ido; o yo me he ido; o nos hemos ido las dos. ¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Por qué estás ahí? ¿Adónde quieres ir? ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy como estoy adonde no quiero ir?

viernes, 6 de julio de 2012

Vacío

No sé qué quiero o si sirve de algo que lo quiera. Todo lo que anhelo acaba alejándose de mí o se transforma en un ente desconocido del que nunca fui consciente, como un lobo disfrazado de oveja. A mi alrededor no hay nada salvo vacío. Por mucho que alargo los brazos, buscando a tientas con las manos, o ando para encontrar algo en que apoyarme, siempre me topo con la misma piedra ya hecha añicos de tanto tropezar y derrumbarse por el abismo de mi desesperanza. ¿Qué hay en mi interior? Vacío también. No soy más que un pedazo de carne podrida y nauseabunda entre dos vacíos, dos nadas, que la circundan.

miércoles, 30 de mayo de 2012

jueves, 17 de mayo de 2012

A la luz de la Luna

A la luz de la Luna brillan las pupilas del gato; su mirada perdida en un mundo invisible para ojos humanos, su ronroneo silenciado en un llanto agonizante. La noche oculta las lágrimas del doliente y las estrellas recogen su angustioso maullido. Su elegante traje oscuro refleja las tinieblas de su sufrimiento. En la soledad del desconsuelo, el felino se encuentra perdido. De un árbol cercano cae una flor de azahar. Unos muchachos pasan por su lado y se ríen de él. El gato enseña sus garras y bufa para defender a su amigo. Cuando se encuentran ambos solos, el protector mira al perro tirado en la carretera. Hace más de diez horas que el triste llora a su amigo. ¡Qué mustio es su maullido! ¿Quién dijo que el perro y el gato eran enemigos? ¿Quién dijo que los animales no tienen sentimientos? A la luz de la Luna brillan las pupilas del gato…

domingo, 22 de abril de 2012

Silencio

¡Ahogad el silencio! No quiero que nadie escuche mis pensamientos… El ruido es ausencia de mí; ausencia de soledad, de cansancio, de apatía… La monotonía arraiga en los cinco sentidos, y un sexto duerme a la espera de un sueño inerte. El espíritu reposa en la agónica lucha de la supervivencia; supervivencia por sobrevivir, por instinto, no por necesidad. ¡Apagad el Sol! La oscuridad es ausencia de sombra, y sombra soy yo de mi propia sombra. En el alma se asienta la maldición del dolor. El pesar, la tristeza, la melancolía y la nostalgia, florecen con la primavera y traen a mi memoria vivencias lejanas. Cada recuerdo que se amontona en mi mente reclama un significado desagradable. Pérdida, angustia… y en el corazón de ellas aún asoma la esperanza. Amargos recuerdos se transforman en melodías silenciosas, en tardes siniestras y noches de insomnio. ¡Ahogad el silencio! No sea que me quede a solas con mis pensamientos...

miércoles, 18 de abril de 2012

Sin ganas


Hacía tiempo que no sentía un dolor tan profundo. Dicen que la tristeza es el único sentimiento que nos demuestra lo que realmente nos importa; es cierto.
El alma o algo más profundo se desgarra. Pedazos de lo que soy yo, y de lo que no soy, vuelan a mi alrededor y se alejan para volver en días de tormenta.
Desconozco la parte de mí que soy, la que se perdió en el recuerdo y la que surgió de la fantasía.
Duele; duele el pecho; duele el vacío; duele el escozor de las lágrimas en mis mejillas.

domingo, 29 de enero de 2012

Infinito


Regresar al comienzo del fin es como arrastrarse a un abismo o caminar entre un laberinto de ilusiones y desengaños. Oculta tras las paredes del corazón, la verdad asoma en unos ojos vidriosos. Las mentiras se convierten en estrellas fugaces de deseos que colisionan contra el suelo de la ética.
Oscuras palabras se convierten en el eco de unas lágrimas marchitas y distantes… y de pronto, NADA.

Existencia

No existo ni dentro ni fuera de mí misma. Apenas si soy el pedazo roto de una consciencia que se encoge poco a poco y se pierde en el tiempo y la costumbre de intuirse nada.

martes, 10 de enero de 2012

Tú, mi gato


Delicado tigre anaranjado, afiladas garras de acero y terciopelo, te llamaron infiel, pero tú —sin ánimo de ofenderte—, cual perro doméstico, aunque de tu áspera lengua no hagas uso como él, posees la independencia y la amabilidad, la vileza y la dulzura.
Rozando el cariño de tu suave lomo, tú, mi gato, tendido sobre mi regazo; tu fina cabeza posas sobre tus patitas, rezando al cielo con tu ronroneo.
Tu pupila de Luna ilumina el firmamento, absorbiendo toda luz blanquecina y transparente, para someter tus maullidos a la pícara mirada de tus ojos dorados.
Con la cabeza siempre erguida, tú, mi gato, simple y a la vez complejo, a la par que inalcanzable, soberbio, elegante, respetuoso, orgulloso, sereno, inquieto y misterioso.
Como portador del secreto de la vida, pareces reconocer en cada momento la necesidad del alma humana; la comprendes, la compartes, y te haces o no partícipe de ella, recogiendo con tu maullido las lágrimas de tu corazón amigo.
Y cuando te llamo en soledad, lo escucho a lo lejos; bajo tu pisar silencioso, queda el eco de un susurro, un cascabel: eres tú, mi gato.