viernes, 26 de diciembre de 2014

Mariposas V: princesa

La última vez que te vi, princesa, no llevabas puesta tu corona, pero aun así relucías como siempre. Dejaste entrever tu sonrisa un par de veces, brevemente, como un ave pasajera, como un tesoro que solo unos pocos son capaces de apreciar y que brilla con luz propia. La última vez que te vi, princesa, hiciste magia. Ya era consciente de que la tenías, pero no del gran poder que poseías, pues con solo tu mano en mi brazo te deshiciste de todo mi dolor; una sensación cálida se arrulló en mi pecho y tu magia me envolvió. Tu hechizo durará eternamente, pues lo recuerdo y me hace sonreír. La última vez que te vi, princesa, destellabas con luz propia. Tus pesares ensombrecieron la dicha de verte y me sumergí en ellos, deseando ser capaz de hacer magia como tú, y apartar de tu lado esa sombra convertida en dolor que te aflije. La última vez que te vi, princesa, quise no pasar desapercibida para ti. Quise abrazarte y hacer magia juntas, deseé cogerte la mano y mirarte a los ojos, un fugaz anhelo de besarte cruzó el cielo de mis deseos. La última vez que te vi, princesa, tu dulce voz cantó en mi oído y serenó mis nervios descontroldos. La última vez que te vi, princesa, soñé despierta a tu lado. Soñé con ser la persona que crea magia para ti, la persona que te hiciera reír, la persona a la que deseases abrazar, coger de la mano, besar... La persona que ocupara tu mente y colmase tus sueños... La persona a la que quisieras para siempre a tu lado... La última vez que te vi, princesa, advertí tu belleza exterior e interior. Tu pelo largo en el que me encantaría enredarme, tus ojos oscuros en los que me gustaría perderme, tu piel blanca que me hace suspirar por la idea de sonrojar tus mejillas... La última vez que te vi, princesa, temí no ser suficiente para ti. Yo, lejos de la realeza, no tengo el brillo que tus ojos enaman. Perdóneme, princesa, si me excedo con mi sinceridad y si en mi desamparado desespero aspiro a mucho más de lo que merezco... La próxima vez que te vea, princesa... ¡qué sé yo! Solo espero la próxima vez que te vea, mi querida y preciosa princesa.

martes, 25 de noviembre de 2014

Sin sentido

Cómo surge, rugiendo desde lo más profundo de mi conciencia, ese ser que vive dentro de mí, ese ser que soy yo y dejo de serlo a la vez… Ese que me señala con el dedo y una uña puntiaguda, con su macabra sonrisa y sus afilados dientes de tigre, el que me culpabiliza por mis acciones y me lleva a recorrer los rincones más oscuros de mi ser, donde solo existe el color negro, el olor a podredumbre, soledad, lágrimas y miedo… Donde no hay un lugar seguro en el que esconderse… De donde no se puede huir… Porque ese recipiente vacío soy yo misma…

Mariposas III: Versos en prosa

Si las palabras conquistasen tejería para ti un mundo de letras. Cada noche, como Penélope al hilar el sudario que mantenía su castidad inexpugnable, desharía una a una las letras de nuestro mundo, enredaría palabras nuevas, vocablos inexistentes se mezclarían y romperían con los ya anticuados y, a la mañana siguiente, cuando tú me mirarías a los ojos y me robaras las pocas palabras que aún se mantenían unidas de lo poco que quedaba de nuestro pequeño mundo en construcción, elaboraría un nuevo tejido. Y así, día a día, te conquistaría. Noche a noche, te haría el amor mientras deshacía letras, y tejería y tejería palabras cada mañana para conquistarte cada día de una forma diferente. Como te mereces. Porque te mereces todo el amor y el cariño de, al menos, mi pequeño mundo.

El payaso y la trapecista. Payaso I

Por estar a tu lado, me hice payaso. No era nada glamuroso ni prestigioso, nada con lo que siempre había soñado: que me admiraran por lo que hacía. Sin embargo, yo era feliz, porque durante los pocos minutos que duraba el espectáculo, te veía sonreír. Y eso, hacer que esa indescriptible sonrisa naciera de tus labios, era lo más maravilloso del mundo.

martes, 16 de septiembre de 2014

Mariposas II: Sonrisa

Me di cuenta de que tu sonrisa era lo más triste que había visto en la vida... Entonces quise que sonrieras de verdad...

martes, 9 de septiembre de 2014

Mariposas

Te vi. Había mariposas a tu alrededor. ¡Con que facilidad las hacías revolotear en torno a tu cuerpo! Y yo, tonta en mi fantasía, me creí mariposa y me acerqué a ti. ¡Qué estúpida! Solo era una triste polilla atraída por tu llama. Eras mi vida y te convertiste en mi muerte, pues al aproximarme a ti mis alas y mi cuerpo se quemaron, y yo morí, aunque mi alma siga batiendo sus alas de ceniza alrededor de ti.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Carroña

Tres cuervos persiguen mi alma maldita. Como fieles perros alados vienen tras de mí, arrancados de las ramas de un árbol mustio por el hedor y la podredumbre de mi ser. A veces sus chirridos se me antojan carcajadas. Se ríen de mí. Otras parece que se quejan de que no caiga aún. De vez en cuando me vuelvo y les ofrezco mi mano para que la devoren, pero entonces retroceden, la rechazan. Me rechazan. Ellos son mi vida ahora. Mi única compañía. Mi todo y mi nada hacia un camino en el que, por fin, mi condenado cuerpo caiga rendido y mis curiosos amigos se abastezcan de él.

sábado, 22 de marzo de 2014

A lo lejos...

A lo lejos... ¿La oyes ahogándose, sutil, vaporosa? Una voz se escucha cada vez más lejana, más tenue, más débil... Son mis sueños que se marchan... A lo lejos...

Lunática

Recuerdo aquellas tardes vacías, aquellas mañanas sin sentido y aquellas noches de pesadillas... Aunque lo que recuerdo con añoranza son los sueños, que me daban la vida y a la vez me la quitaban poco a poco... Recuerdo el frío abrazo de la soledad cuando la tristeza desbordaba mi corazón y yo yacía en silencio acurrucada en mi cuarto con aquella típica postura de perturbada de película: sentada en el suelo con la espalda rozando la pared, las rodillas pegadas a un cuerpo que se balanceaba a un ritmo constante y nada armónico, y las manos sobre la cabeza, tirando del pelo fuertemente mientras mis lágrimas caían sin cesar y sin sentido en un angosto pozo sin fondo que no parecía tener principio ni fin. Recuerdo la vergüenza que me llevaba al silencio, y a saberme inferior a los demás, una mierda, un despojo, una sobra que nadie quería tener a su lado... Recuerdo haber aprendido a temer y odiar a la esperanza... Recuerdo a mi mejor amiga, la idealización de la muerte, la única que me prometía y me sigue prometiendo que todo acabará bien, que la única solución a la vida es la muerte... Recuerdo esa siniestra sombra que me perseguía, esa manifestación de mi yo interior, esa oscuridad que me rodeaba con un abrazo eterno y nos unía con un lazo rojizo como la sangre, convirtiendo mi sombra en mi única compañera y amiga... Recuerdo la humedad de mis ideales, la soledad de mi compañía, y lo único grato que saco de aquello fue lo que me hizo salir adelante: aquellos locos sueños en los que me hacía pasar por un personaje de algún anime al que todos los demás personajes querían locamente... Quizá solo buscaba eso: que los demás me quisieran... Sentir que alguien me quería... Ser como los demás... Ser aceptada por alguien, por quien fuera, tal y como era... Recuerdo que cuando era adolescente solía pensar que el dolor, las vivencias, mi vida exterior, el arrastre y destrozo de mis sueños, las sentencias desagradables que otros destinaban a mí, los insultos, las creencias... todo lo que era y lo que no era yo, me iban a volver loca... Lo que no sabía era que ya estaba loca... ¡Y qué locura! Lo recuerdo todo y no recuerdo nada.

viernes, 7 de marzo de 2014

Échame de menos

Échame de menos, por favor. Échame de menos aunque solo sea un segundo, una idea loca, un recuerdo no demasiado agradable... Recuérdame. Vuelve a por mí... A pesar de que solo pase por tu mente como una fría e irritante ráfaga de viento que revuelve tu nocturno cabello y lo pega a tu rostro. Recuerda el tacto de mis labios suaves mientras besas los suyos. Siente en tu piel el ansia de mis manos recorriéndote con deseo y dotes maestrales mientras te desnuda. Cierra los ojos e imagina que soy yo quien te hace el amor. Yo. Solo yo. Tú. Solo tú. Nosotras. Solo nosotras. Nosotras y el deseo, y la pasión, y el deleite y el amor. Y al llegar al clímax, estremécete, deja que tu cuerpo tiemble al compás de tu palpitación acelerada, agítate con deseo y el cuerpo sudoroso, henchido de placer y satisfacción, y por fin, culmina y grita mi nombre en silencio mientras recuerdas mis gemidos y mi respiración entrecortada tocando tus oídos...

Amar como principio de amargura

¡La quiero tanto...! Mucho más de lo que tu inútil esfuerzo puede llegar a imaginar. Y mucho más de lo que en sus vanas ganas puedan llegar a imaginar ella o nadie en este mundo. Incluso más de lo que en mi pueril intuición pueda llegar a imaginar yo. Porque la imaginación es estéril ante tal pasión, porque resulta inepta a la hora de abarcar un sentimiento tan profundo, extremecedor, enorme y arraigado al alma humana como es el amor.

Amigo imaginario

Yo nunca he tenido un amigo imaginario; o tal vez sí, no lo sé. Mi vida es una ilusión en sí misma que se desvanece poco a poco, lentamente, muy lentamente, devorada por la cruel realidad hasta consumirse en el dulce y a la vez amargo beso de la propia muerte.

sábado, 25 de enero de 2014

Amor de mi vida

Prefiero llamarte amor de mi vida en silencio, en secreto, en voz débil, mientras tintinea la tenue luz de una farola en lo alto de nuestras cabezas,como si estuviera prohibido amarte. Imaginarte con los ojos cerrados, los labios entreabiertos, y sentir como algo real tu aliento de flores y tu respiración acelerada en mi rostro. Prefiero amarte, amor de mi vida, aun a sabiendas de que eres de esas mujeres misteriosas, casi divinas, de esas que las personas que no se han enamorado no creen en su existencia. Aunque nuestros mundos sean tan distintos y nuestros caminos ya nunca más se ccrucen, aunque el recuerdo del reflejo mi rostro en tus ojos oscuros no reflejen mis pupilas clavadas en las tuyas. Prefiero amarte sin amor, amor de mi vida, e imaginaar que me amas también, y que tú, altanera, te resistes a sumergirte en el pozo de nuestro amor hasta que no puedas resistirlo más. Entonces buscarías mis labios, desesperada, y ambas nos rendiríamos al placer de los sentidos , nos buscaríamos con las manos, con los labios, uniríamos corazón y alma y nos estremeceríamos hasta quedar con todos los vellos del cuerpo herizados. Prefiero amarte en secreto, amor de mi vida, porque prefiero vivir de sueños a morir de realidades, porque te veo, te sueño, te siento, te amo... Pero tú... Tú ni me sueñas, ni me sientes, ni me amas... Y ya sería un milagro, amor de mi vida, que supieras de mi existencia.

Ella

Ella quería un recuerdo para toda la vida, pero se quedó con las ganas de volver a la eternidad porque esta ya se había alejado de ella, casi sin que ella lo advertiese. Y cada noche, la Luna, su única confidente, entre susurros inaudibles para cualquier ser humano que no fuese ella, es la única capaz de recordarle cómo y por qué sucedió todo aquello que tan lejano parece y tan cercano siente.

Eres poesía errante de mis versos, que escapan cada ocaso al horizonte, donde nunca te puedo alcanzar; donde te alcanzo siempre, en mis sueños.