viernes, 22 de julio de 2016

Agua

Al final siempre se derrama el vaso, y te ves rodeada de personas que ni entienden ni les importa cómo has acabado empapada por mucho que en tus vanos intentos hayas tenido hasta ganas de vomitar de tanto beber para que el vaso no rebose... ¿Y qué haces entonces? Dejas que te siga empapando o lo tiras al suelo y lo haces trizas junto con los recuerdos que tanto te ha costado atesorar en sus agitadas aguas. Y cuando coges otro vaso con la intención de que este sí que no rebose, entonces te sientes culpable, sola, incomprendida, inútil, estúpida... no tienes fuerzas, se te han agotado las ganas, las ideas, los sueños... y dejas que se derrame hasta la última gota con sus infinitas consecuencias...

No hay comentarios:

Publicar un comentario