domingo, 22 de abril de 2012

Silencio

¡Ahogad el silencio! No quiero que nadie escuche mis pensamientos… El ruido es ausencia de mí; ausencia de soledad, de cansancio, de apatía… La monotonía arraiga en los cinco sentidos, y un sexto duerme a la espera de un sueño inerte. El espíritu reposa en la agónica lucha de la supervivencia; supervivencia por sobrevivir, por instinto, no por necesidad. ¡Apagad el Sol! La oscuridad es ausencia de sombra, y sombra soy yo de mi propia sombra. En el alma se asienta la maldición del dolor. El pesar, la tristeza, la melancolía y la nostalgia, florecen con la primavera y traen a mi memoria vivencias lejanas. Cada recuerdo que se amontona en mi mente reclama un significado desagradable. Pérdida, angustia… y en el corazón de ellas aún asoma la esperanza. Amargos recuerdos se transforman en melodías silenciosas, en tardes siniestras y noches de insomnio. ¡Ahogad el silencio! No sea que me quede a solas con mis pensamientos...

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