miércoles, 10 de julio de 2013

Lo que más deseo ahora mismo

No quiero pensar en el bien o el mal. En lo correcto o lo incorrecto. En el pasado, presente o futuro. Solo sé que te quiero a ti aquí, conmigo, EN ESTE MOMENTO. Ahora. Ya. Inmediatamente. Quizás peco de inmoralidad, pero es lo que me pide mi ser, es lo que desea: a ti. Un suave masaje por la espalda, caricias disfrazadas de cosquillas sobre tu muñeca y antebrazo... Apreciar cómo los vellos de tu piel se erizan poco a poco, deseosos de más, anhelantes de gozo, mientras inhalo el aroma de tu cuerpo. Mis labios rozan tu nuca, apartando los pelos de ella. Poso la barbilla sobre tu hombro y con mi nariz acaricio tu oído. Oyes mi respiración entrecortada, mi voz suave, débil, ansiosa pero precavida. Vuelves la cabeza. Nuestros labios están a apenas unos centímetros los unos de los otros. Nuestra respiración acelerada. Nuestros cuerpos temblando bajo el placer de los sentidos. Nuestros labios temerosos de encontrarse. Durante un tiempo permanecemos así. Sentimos un hilo de cosquilleo recorrer cada rincón de nosotras. Excitación. Delirio. Impaciencia. Es como si los cinco sentidos estuvieran henchidos de placer y hubiesen despertado a un sexto que, ardiente, no pudiese contener el deseo, el gusto... Ese calor imposible de frenar que recorre nuestro ser... De repente nuestros labios se funden, satisfaciendo así el deseo, desencadenando la lujuria... Hasta donde este armazón de carne y huesos que se interpone entre nosotras y se desean mutuamente aguante... Hasta donde el deleite de nuestros sentidos se fundan y no puedan más... Hasta ser un mismo ser... Hasta no poder con más complacencia... Hasta morir para revivir de nuevo con un sabor diferente en la boca, en la piel, en todo el cuerpo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito y sensual jo :)

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